Estaba atardeciendo, una brisa de viento danzaba a mi alrededor acariciándome y haciéndome sentir confortable, hacia chocar las olas del mar contra los acantilados creando explosiones de colores azulados y blancos, parecía que movía la hierba al son de la música que escuchaba en ese momento, la música perfecta, la música de mi libertad.
No hacía frío, era una temperatura que no molestaba, ya que los rayos del sol contrarrestaban el fresco del viento que me rozaba la piel como si yo fuese parte de el.
Me encontraba bien, estaba solo, pero estaba bien, no me importaba que nadie mas estuviese ahí en ese momento, me sentía mucho mejor que en otros momentos rodeados de gente. Ese lugar es mío, no mucha gente habría sabido apreciar tan bien ese momento como lo hacía yo, era algo maravilloso. Unos rayos de sol se reflejaban en el mar, creando otra parte de un paisaje que me decía "Esto es para ti, solo para ti", me sentía halagado.
Miles de pensamientos pasando por mi mente en segundos, pero al mismo tiempo, todos y cada uno de ellos iban a cámara lenta. Ese momento de mil maneras, todas diferentes, todas solo, excepto una con ella.
Ese momento era perfecto solo y siempre lo pensaré, solo hay una persona con la que me podría haber gustado en ese momento estar, ella... Ya casi no se pasaba por mi cabeza, pero la volví a ver hace no mucho y volvió a mi mente, me estaba olvidando, ya lo veía muy platónico, pero el volver a tener una imagen reciente suya en mi cabeza me hizo ilusiones... Tontas ilusiones que se creó mi mente irracionalmente, ese momento junto a ella nunca pasará, lo se, me gustaría saber que me equivoco, pero no estoy seguro de nada... Ojalá yo existiese para ella...
Me estoy desviando, no quería hablar de eso, pero no lo he podido evitar, al fin y al cabo tenía que expresarlo de alguna manera, está en mi mente, quiere salir...
Disfruté ese momento al máximo, no se cuanto tiempo pasó, solo se que pasó todo muy rápido, pero al mismo tiempo se me hizo una eternidad, una eternidad en la que me habría quedado para siempre, una eternidad cálida de la que era difícil separarse. Pero me fui, finalmente decidí que ya era hora de volver, pero quería estirarlo un poco mas, estaba muy a gusto, por lo que seguí caminando un poco mas entre rocas lisas que solo descendían hasta el agua. Llegue hasta el final del camino, estaba a dos pasos del agua, pero sabía que no llegaría a mi, parecía que al igual que el paisaje de arriba me acogía y me hacía sentir seguro, pasé unos minutos ahí también, definitivamente, quería quedarme ahí para siempre, pero finalmente tuve que retornar el camino a casa...
Me gusta estar solo porque si no, no existirían momentos en mi vida como este, si siempre que esté solo va a ser así, me gustaría pasarlo el resto de mis días, pero al mismo tiempo odio sentirme solo, no me gusta sentirme aislado de todos los demás, me gusta tener a gente que me quiera y me aprecie como soy, gente que me trate bien y nunca me abandone.
